miércoles, 21 de octubre de 2009

Noel Nicola.

"Mientras me quede un segundo todavía puedo besar o matar"

Al morir Noel todo se paró por un instante. Nosotros, que lo conocíamos sin haberlo visto nunca, quedamos repentinamente embargados por la extraña soledad en que nos sumió su ausencia. ¿Cómo pudo llegar a comprendernos tan bien, sin siquiera saber de nuestra existencia? Quizá la razón esté en que describió nuestro mundo en su propio intento por descubrirse, haciendo surgir esa simpatía innata que se da entre el que se desnuda y quien en él se ve reflejado.
En las canciones de Noel el amor se convierte en el desencadenante de todas las acciones del hombre, la clave de cuestiones tan diversas como los desafíos cotidianos de la pareja, el deber con la patria o la necesaria solidaridad entre los pueblos. Y es el amor el que le lleva a desenredar esos conflictos de forma minuciosa y con esmero, con resolución pero tiernamente.
Su poesía nos acaricia con la delicadeza que sólo permitimos a quien se nos acerca con humildad y franqueza, y va acompañada de una promesa de libertad para sentir y expresar nuestras propias emociones que jamás se queda a mitad de camino. Nos muestra que no estamos solos y que los más indecibles secretos del hombre pueden escapar del desamparo al reconocerse en las palabras de otro.
Por eso Noel seguirá consolando a todos los que vivimos en un tiempo en el que su implacable defensa de la ternura y su afectuosa convicción de la necesidad de luchar son imprescindibles.

Uppsala, marzo de 2006
Hannes Salo Director del cancionero de Noel Nicola

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