viernes, 4 de septiembre de 2009

Vive

En conexión con el universo.
Los problemas surgen. Lo sabemos, y nos vemos en la ardua o sencilla solución de tomar vías alternativas. Estas vías nos pueden ayudar a mejorar el problema, o en su defecto, a incrementarlo aún más; pero no quiero caer en el discurso del relativismo.

La cuestión es que pocas veces prestamos atención a nuestra energía, a lo que somos en realidad.Por nuestro cuerpo circulan corrientes de energía que nos hacen estar vivos, tomar conciencia, replantear un suceso, imaginar, exponer... Pocas veces nos damos cuenta de ello, y caemos todos en las telarañas del día a día, de las preocupaciones, prisas, deberes, estados de ánimo difuso, negativos...etc.
¿Que hacer?
Nada.
Asómate a la ventana.
Escucha de verdad.
Siente tu cuerpo fluir.

¿Ves?, hay vida ahí, si, ahí adentro. Deja ya de extrapolarte tanto al exterior, de intentar buscar el secreto ahí afuera.

El regalo eres tú, tu mente.

Eres el reflejo de lo que piensas. ¿Cómo te ves?, ¿Qué piensas de ti?, y así te comportarás con los demás.Tomate tu tiempo: conócete. Pero de verdad.
Aprovecha las relaciones que tienes a tu lado, las personas: aquellas que detestas, las que te hacen sentir cómodo, las que amas, admiras, evitas.Siéntete en conexión con este mundo, con aquello que llaman universo, con todo lo que te hace estar aquí y ahora.
Respira, sé consciente de ello.
Aprende a respirar profundamente.
Siente tu calor, la energía particular que te conforma tal y como eres.
Recréate,
mastúrbate; pero con tranquilidad, sin prisas.
Mécete en un abrazo,
Expándete,
Vive.

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