sábado, 6 de febrero de 2010

Ahora.

Ahora que se acerca la noche…
Ahora que podemos envolvernos
en una especie de melancolía sostenida,
y los pájaros no se atreven a recorrer
las calles mal iluminadas.

Ahora que vienen las lentas horas
acompañadas por la voz de João Gilberto,
y empezamos una vez más a echar la vista atrás…
Y nos vuelve a cansar el pasado,
los días en el parque,
su felicidad.
El pasar del tiempo sin poder abrazarlo.
Las calles tan recurridas,
las historias que tanto contábamos.
Aquella tristeza que siempre regresaba en cada despedida.
La espera a nuevas noticias,
lo que ya no volvería de nuevo.

Los días que pasaron en nuestra ciudad.

Los barrios que subíamos en busca del tiempo perdido.
Los pasos errantes que cruzaban
sus aceras, sus esquinas.
El viento que azotaba y nos llevaba
a otras imaginaciones,
a otros rincones donde la sorpresa
esperaba sentada en su banco.

Ahora que la luz es escasa,
y solo se atreve a iluminar el corto espacio
que nos separa y abruma.
Las promesas que hicimos en todas
las noches de encuentro.
Los tés que nos tomamos
ante la misma luz que nos hizo ser especiales.

Ahora.

Mario Blázquez.

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